Salud y Bienestar

 HABLEMOS DE DESPERDICIO ALIMENTARIO

DESPERDICIO ALIMENTARIO: QUÉ ES Y CÓMO EVITARLO

Una persona tira 38 kilos de alimento al año. Claves para entenderlo y cómo revertir esta situación desde casa.

Reducir la pérdida y el desperdicio alimentario debería ser un tema en la agenda de todos nosotros. Mientras el hambre en el mundo aumenta, se estima que una persona tira 38 kilos de alimento al año y un tercio  de los alimentos producidos a nivel mundial se desperdician o se pierden. Imaginen cómo crecen estas cifras en cuarentena. Por lo tanto, todos nosotros desempeñamos un papel fundamental. Para ponernos en tema, diferenciemos ambos conceptos:

Se conoce como pérdida de alimentos a la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos en los primeros eslabones de la cadena de suministro por causa de decisiones de los productores. Usualmente se lo asocia con las actividades de postcosecha y, en general, por la ausencia de un sistema eficiente de gestión, tratándose así de una pérdida no intencional.

Por otro lado, cuando hablamos de desperdicio alimentario hacemos referencia al descarte del alimento apto para consumo humano que pasó por un proceso de transformación o industrialización. El desperdicio se da en las etapas más avanzadas de la cadena de suministro como son la comercialización final y el consumo en hogares y se lo considera un acto intencional, dado que se encuentran relacionados con el comportamiento humano. 

Los alimentos, por tanto, se desperdician de muchas maneras:
Los productos frescos que no cumplen con los requisitos en términos de forma, tamaño y color y son descartados en las etapas de clasificación.
Algunos minoristas o consumidores suelen descartar alimentos que se encuentran cerca de la fecha de caducidad.
Grandes cantidades de alimentos comestibles sanos no se usan o sobran y son descartados por las cocinas de los hogares o de establecimientos de comidas.
Los alimentos que no se consumen representan también una pérdida de los recursos, la mano de obra y demás insumos utilizados para su producción. 

Frente a esto, ¿hay algo que podamos hacer desde casa para que estas cifras disminuyan? Sí, y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) da una serie de recomendaciones para que apliques:

1.    Planificá: tené en cuenta cuántas personas van a comer la comida que vas a preparar para no sobrestimar cantidades. 
2.    Congelá: si tenés sobras de una comida, para reutilizarlas otro día o transformarlas en otro plato. 
3.    Compostá: podés reutilizar los desechos orgánicos en abono natural para tus plantas.
4.    Ordená: tené siempre tu alacena y heladera ordenada, los alimentos con vencimiento más próximo tenelos más a la vista. 
5.    Elegí consciente: comprá en mercados pequeños, productores familiares o rurales que suelen tener un mejor trato en toda la cadena de producción, y comprá sólo lo que vayas a consumir. 

Por último, hay que tener en cuenta que el consumo responsable no solo genera un gran impacto en nuestra salud física y emocional sino que también en el medio en el que vivimos. 
 

 

Lic. en Nutrición Micaela Bruno
MN:10102

Consultas al 2346-659290

 

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